Mi cabeza no ha estado muy clara estos ultimos días.
Supongo que por eso los girasoles me hicieron pensar en cabezas. Me gustaría que la mía estuviera tan clara como lo son ellos. En el tren venía pensando si habría un modo de clarificar y dar un nuevo brillo a la cabeza. O cortarla, aunque esto podría ser un poco violento. O desprenderla y llevarla a algún hospital universitario como si se tratara de un atado para la lavandería: "Les traigo esto"- diría. Y el resto del cuerpo se mantendría dormido durante tres o cuatro días, o incluso durante una semana, mientras el hospital se ocupa diligentemente de limpiarla y se hace cargo de los desechos. Y uno sin insomnio ni sueños.