La verdad es como una manta que siempre te deja los pies frios, la estiras, la extiendes pero nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas pero desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo, solo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos.

El club de los poetas muertos

jueves, 30 de agosto de 2012

Un deseo...


Mi cabeza no ha estado muy clara estos ultimos días.
Supongo que por eso los girasoles me hicieron pensar en cabezas. Me gustaría que la mía estuviera tan clara como lo son ellos. En el tren venía pensando si habría un modo de clarificar y dar un nuevo brillo a la cabeza. O cortarla, aunque esto podría ser un poco violento. O desprenderla y llevarla a algún hospital universitario como si se tratara de un atado para la lavandería: "Les traigo esto"- diría. Y el resto del cuerpo se mantendría dormido durante tres o cuatro días, o incluso durante una semana, mientras el hospital se ocupa diligentemente de limpiarla y se hace cargo de los desechos. Y uno sin insomnio ni sueños. 

Yasunari Kawabata (El rumor de la montaña)