La verdad es como una manta que siempre te deja los pies frios, la estiras, la extiendes pero nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas pero desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo, solo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos.

El club de los poetas muertos

lunes, 29 de diciembre de 2008

Dulce carcajada

Y los labios se contraen en la mueca maníaca, los dientes tiemblan, la lengua baila, la saliva danza y el corazón palpita. De la garganta surgen histéricos monosílabos danzantes que gritando flotan en el aire. Y el destello cruza la pupila tras la gota graciosa que rebota en la rosada mejilla. Los pulmones se ensanchan y el aire joven los calma. El estruendo cesa, las tímidas sonrisas aparecen, los cuerpos se juntan, las miradas se cruzan y mientras en la memoria se graba, en el paladar permanece el sabor dulzón de una alegre carcajada.